nos jodieron la raza

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Intro.

Matheo se pasaba noche y dia tirado en el piso afuera de la pulqueria “la Oficina” en el centro de la ciudad de Cuernavaca, durmiendo la mona como se dice, y sólo abría la boca para darle otro trago a su botella de zotol (alcohol del 96 rebajado con un poco de refresco que bebía sin parar desde hace cinco años y que habian acabado con todo el esmalte de sus dientes, tirandole toda la dentadura además de los daños del higado y tos con sangrado que ya presentaba su cuerpo después de tanto tiempo recibiendo éste trato) y repetia sin descanso en el tiempo que permanecia semi despierto: “no jodieron la vida éstos pinches gachupines… se cojieron a todas nuestras mujeres, nos pegaron sus pinches enfermedades y nos hicieron idiotas, egoistas y mezquinos para odiarnos entre nosotros, odiar nuestra raza, nuestro color, nuestra comida, nuestra cultura y nos convirtieron en huevones, cochinos y envidiosos porque nos prometieron el Nuevo Mundo… cuando ya eramos la raza más Civilizada del Mundo, con calles de agua en espectaculares trinajeras llenas de comida sana, verdudas, maíz y frijol fresco y del dia, y tortillas gorditas” hechas a mano de maiz azul, y rellenas de flor de calabaza y epazote, y con perfectos canales pluviales como calles y veredas perfectamente trazadas con las distancias necesarias para poder pasar hasta 2 de ida y vuelta,, todo libres de basura, libres de mierda y ratas y suciedad y sus desechos humanos las aprovechaban como abono y composta para el cultivo porque hasta eso aprendieron a aprovechar todo lo que salía despues de comer mas su caca y con un poco de cal y todo revuelto y quedaba perfecto abono nutriente para sembrar la siguiente cosecha … todo eso se perdió y ahora ya sólo nos quedó pura mierda, desperdicios y cochinero en cada rincón y cada rio de nuestras barrancas y zonas llenas de bosque todo contaminado por las botellas de “poca-caca” que los Mexicanos consumimos hasta como para desayunar porque no alcanza para tomar leche…. ,nos pusieron en la madre…y seguimos dejando que nos sigan empinando como putas de burdel…”. Nadie ningún de sus compañeros de alcohol y parranda se atrevía a preguntar porqué o a quien se referia Matheo… porque decian “ya pinche Matheo otra ves delirando..” aunque en el fondo todos sabian perfectamente a que se refería, y se quedaban callados asumiendo con la vista y la cabeza que si, así era y seguiria por el resto de nuestras vidas.

Capito 1, El Infierno

“…Qué imbécil puedo nacer de la gran puta para el mal, ó que ser maligo se le metió por el culo, como el que trajo hijos a éste mundo a lo pendejo ó bajo los efectos de nosé que chingados , y que después del braguetazo Dios le regaló hijos (varios) sanos y limpios, normales dira yo, pero que él y sólo él se encargó de inyectar y ensuciar sus almas durante años y cultivar en cada uno día a día la amargura, odio y sobre todo un gran miedo esquizofrénico casi pánico a cualquier demostración de afecto familiar para si mismo y como para orillar a todos y sobre todo uno de ellos a quitarle la vida de un martillazo directo en su cabezonta que le partio en dos; cuando los policías que llegaron a la escena lo encontraron con la cabeza partida de un lado por el martillazo que recibió en seco y todos los sesos desparramados por el piso brotando su propia sangre ?…”.

Matheo siempre finalizaba con ésta frase después de cualquier interrogatorio que la policía y los del ministerio público le pedían una declaración de …cómo fueron los eventos y hechos el día que decidiste partirle la madre a tu propio progenitor…a ver responde cabrón, y dinos la verdad de una vez para terminar y ponerte en donde mereces por pinche asesino de tu progenitor, de seguro te van a cargar 30 años o más…” fueron las ultimas palabras que él recuerda cuando tuvo que firmar su declaración para ya no recibir la madriza que le estaban proporcionando los agentes que lo estuvieron interrogando antes de enterrarlo como nuevo inquilino en la carcel antes de iniciar cualquier averiguación o sentencia ya ves que así se estila en México, y en menos de doce horas ya estaba pisando la puerta de acceso del reclusorio de Santa Martha, allá por el rumbo de Iztapalapa, una zona colindante por el oriente de la Ciudad e México con el Estado de México, mas bien diria por el rumbo de los Reyes la Paz.

Lo más difícil fue ver a mi pobre madrecita y mis hermanas chillando por todo el desmadre que se hizo y sobre todo por los pinches vecinos que se metieron de metiches a defender a un hijo de puta que por fuera era todo un señor respetable (candil de la calle y oscuridad de tu casa) pero al cruzar la puerta y ya en el interior de su casa siempre invariablemente explotaba contra quien estuviera enfrente, desbordando madres y siempre desacreditando todo y a todos de cualquier evento o forma de convivencia posible durante las pocas horas que permanecía ahi o sus hijos lo podian ver, “..pinches huevones siempre están metidos en esos libros estudiando y tirados en sus cuartos, que tanto estudian los pendejos, se van a volver locos…” eran siempre sus palabras al aire todos los dias antes de pasar de largo despues de las 8 de la noche que llegaba del negocio de Ferretería a dos cuadras de donde ahora habian comprado la tercera propiedad en la misma colonia en donde era dueño del negocio que ya habia trabajado por diez años y que levantó con el esfuerzo diario en conjunto de su mujer y uno de sus hijos que todos los dias estaba ahi a pie de cañon a pesar de sus malos tratos y que núnca reconocia, siempre maldiciendo diciendo que núnca recibia ayuda de ningúno de sus hijos y siempre su pinche humor de la chingada y ahora era un negocio muy conocido por el rumbo y todos los que lo conocían lo respetaban y lo trataban como alguien que merecía respeto… y todos sus hijos que todavia estaban estudiando y todos invariablemente salian de la casa muy temprano desde las 5am cada uno a su escuela o universidad para no tener que cruzar palabras por la mañana y de noche , solo podían verlo pasar de largo mentando madres y azotando puertas, haciendo notar que había llegado pero de inmediato se encerraba en una habitación, pedia de cenar de mala manera y las pocas horas del resto de la tarde noche viendo la TV, hasta que el sueño lo vencía pero gracias a las cinco pastillas de no sé que chingados par dormir que un doctorcito le recetó para poder dormir y descansar tranquilo..” y era sólo ese momento cuando todos en la familia podian considerar que podían disfrutar las pocas horas de la noche en paz y calma hasta el siguiente amenecer y asi todos los dias de la semana… la misma rutina durante los ultimos diez años.